A pesar de su nombre, la marinara no es una pizza elaborada a base de productos del mar (no hay que confundirla con la pizza frutti di mare, cuyos principales ingredientes son moluscos, crustáceos y todo tipo de mariscos).
La marinara, cuyos ingredientes fundamentales son el tomate, el ajo, el orégano y el aceite, es la pizza más tradicional de Nápoles, junto a la margherita, una auténtica institución en esta ciudad italiana. Para los napolitanos solo estas dos pizzas son auténticas, siendo todas las demás unos sucedáneos (y no se lo discutas a ninguno de ellos, porque son capaces de enviarte a la Camorra).
De las dos pizzas “verdaderas”, marinara y margherita, es la primera la más antigua. Puede decirse que es la madre de todas las pizzas. Nació en Nápoles poco después de la introducción del tomate en la gastronomía europea en el siglo XVI, después de importarlo desde las recientemente descubiertas tierras americanas.
La primera vez que se hizo mención de la pizza marinara por su nombre actual fue en el libro Las costumbres y tradiciones de Nápoles, escrito por el afamado escritor Francesco de Boucard (napolitano, por supuesto). Boucard ya describía la pizza marinara como un plato tradicional de la ciudad desde hacía más de 150 años.
Además de ser casi un símbolo sagrado en la ciudad del Tirreno, la pizza marinara es también una de las más populares de Italia. Su curioso nombre (sus ingredientes nada tienen que ver con el mar), nació en el puerto de Nápoles hace ya unos cuantos siglos.

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Era costumbre entre los marineros comer pizzas con anchoas, pero este pescado sufría habitualmente notables subidas de precio en periodos en los que escaseaban. Esto provocaba que los propietarios de las trattorias (los tradicionales restaurantes italianos) se vieran obligados a subir también el precio de sus pizzas.
Los pescadores, viendo como los pocos dineros que ganaban faenando volaban cuando pedían pizza, empezaron a pedirlas sin anchoas, lo que las abarató pero también les quitó mucho sabor. Las pizzas no pasaban de ser una pasta con tomate, aceite y orégano bastante sosas.
Las constantes quejas de los hombres del mar llevaron a muchos trattoreros a incluir un nuevo ingrediente: el ajo. Y fue la revolución. La pizza marinara había nacido y su fama pasó pronto de Nápoles a toda Italia.
A continuación, te mostramos la mejor forma de elaborar esta pizza, confirmando la máxima, de que en la sencillez está el gusto.
Una receta cualificadamente sencilla para convertirse en una receta peculiar para la cena de los niños.

Ingredientes
- 1 - Maza de pizza
- 8 cucharadas - Passata de tomate
- 2 - Ajos
- 2 cucharadas de - AOVE
- al gusto - Albahaca
- al gusto - Orégano
Pasos
- En primer lugar elige que masa vas a poner a tu pizza, te recomendamos que hagas tu propia masa de pizza casera (con gluten), o si eres celíaco, esta otra masa de pizza sin gluten. En caso de elegir una prefabricada la de mercadona es idónea y muy rica.
- Esta es una pizza con bastante salsa de tomate, por tanto la masa requerirá ser un poco más gruesa (0,5 cm), precalienta el horno a 250º C arriba y abajo (espera al menos 10-15 minutos antes de meter la pizza).
- ¿Puedes utilizar cualquier tomate frito? Si, claro, pero el resultado no será el mismo ni tan italiano que si le agregas auténtica passata de tomate casera. Con ayuda de una cuchara extiende una fina capa, cuando el horno este listo, introduce lo que es el comienzo de tu pizza marinara durante 3 minutos en el horno.
- Simplemente tenemos ajo, orégano, albahaca, aceite de oliva y passata de tomate. Pasados los 3 minutos vamos a añadir otra capa de passata de tomate, justo encima los ajos muy finamente picados, el orégano y un chorreoncito de aceite de oliva virgen extra (en un hilo muy fino por toda la pizza).
- Para terminar de hornear esta pizza precisarás de unos 8-10 minutos (depende del horno), debes asegurarte que no se quema y que la masa esté cocinada por dentro (cuando lleve unos 8 minutos puedes bajar la temperatura a 200 durante un par de minutos más.