Conseguir una bechamel sin grumos es el sueño de todo aficionado a la cocina. Aún recuerdo esas ocasiones que seguía al pie de la letra alguna receta y ¡zas! El resultado era desastroso. De hecho aún a día de hoy me pasa alguna que otra vez. Esto es una de las cosas que nos suceden con la bechamel, por eso hoy te enseño cómo tienes que hacerla para que te salga suave, cremosa y, por supuesto, sin esos molestos grumos.
Si te preguntas cómo hacer una bechamel sin grumos imagino que llegas aquí después de una mala experiencia; y es que, pese a que la bechamel es una de las salsas más básicas y fáciles de hacer, nadie dijo que no fuesen necesarios algunos trucos y consejos para que siempre salga perfecta.
Aunque en última instancia siempre puedes batir la salsa para eliminar esos molestos grumitos, lo ideal es que no termines batiendo una mezcla caliente que puede salpicar todo a su alcance. Si has llegado hasta aquí en un intento desesperado de arreglar una bechamel con trozos de harina apelmazada, prueba a batir en un vaso profundo y vuelve a cocinar con normalidad. Si lo que buscas es cómo hacer una bechamel fácil, rápida y sin grumos desde cero, estás en el sitio correcto. No te saltes ningún paso.
Ingredientes
- 1 litro de leche
- 60 gramos de harina
- 65 gramos de mantequilla
- Sal, nuez moscada y pimienta negra molida al gusto
Elaboración
- Lo primero será tamizar la harina y poner la leche a calentar a fuego medio-alto, hasta que hierva.
- Pon también a derretir la mantequilla en una sartén u olla grande. Cuando esté completamente derretida, incorpora la harina y remueve constantemente para que se cocine sin llegar a quemarse. En este paso es importante asegurarse de que la harina no quede cruda o aportará sabor a nuestra bechamel. Ojo que tampoco queremos que se queme. Lo ideal es remover a fuego medio-bajo hasta que tome algo de color.
- Vierte poco a poco la leche hirviendo, sin dejar de remover con las varillas. Antes de verter toda la leche asegúrate de remover durante un buen rato hasta que los grumos desaparezcan por completo. Luego, termina de agregar toda la leche.
- Cocina a fuego bajo de 10 a 15 minutos. Cuanto más tiempo se cocine, más espesa saldrá la bechamel. Por último añade sal y especias al gusto. Personalmente me encanta agregar nuez moscada y una pizca de pimienta negra recién molida.
Trucos para conseguir una salsa bechamel sin grumos
Pese a que empleando leche fría es posible conseguir una salsa bechamel sin grumos (sobre todo jugando con el calor que guarda la propia sartén o cacerola), mi consejo es que no te arriesgues a intentarlo; no merece la pena. Utiliza siempre leche muy caliente.
En mi experiencia, basta con calentar la leche y verterla poco a poco y sin dejar de removerla sobre la harina para que la bechamel salga sin grumos. Sin embargo, y para curarnos en salud, no nos cuesta trabajo tamizar también la harina. Así mantenemos los grumos a raya.
También es aconsejable utilizar unas varillas de mano en lugar de cualquier otro utensilio. La idea es remover con las varillas la harina para que la «roux» no se queme, y seguir removiendo mientras se incorpora la leche caliente, siempre poco a poco. No olvides que nada más incorporar la leche es normal que aparezcan grumos en la salsa. Sigue removiendo y agregando cada vez más leche hasta verterla por completo.
Si sigues estos consejos al pie de la letra, no verás un solo grumo en tu receta. En última instancia y para casos desesperados, se puede sustituir la harina de trigo por harina de maíz. Con maicena es prácticamente imposible que salga una bechamel grumosa; y de sabor, es prácticamente igual. También puedes echar un vistazo a nuestra bechamel con margarina.
