El kiwi —pese a ser una fruta tropical considerada potencialmente alergénica— puede introducirse en la dieta del lactante a partir de los 6 meses de edad, al igual que el resto de frutas.
Esto es así porque se ha demostrado que la introducción tardía de alimentos potencialmente alergénicos, lejos de impedir la aparición de alergias, aumentan las posibilidades de que aparezcan. Es por ello que, actualmente, la Asociación Española de Pediatría (AEPED) recomienda su introducción en la dieta del lactante junto con el resto de alimentos, nada más se inicie la alimentación complementaria.
Cómo ofrecer kiwi a un bebé
Puesto que es un fruto ácido, conviene mezclarlo con otra fruta de sabor más equilibrado, como el plátano, para evitar que el bebé lo rechace. No obstante, siempre que ofrezcas una pieza lo suficientemente madura, es más que probable que a tu hijo le encante ese regusto de dulzor acidulado.
Aparte de ser más dulce, un kiwi maduro evitará que tu bebé tenga molestias en la lengua después de ingerirlo. Esto es así porque la cantidad de actidina —enzima proteolítica que actúa con las proteínas presentes en la saliva y en la lengua— que posee es menor que la que contiene un kiwi verde o inmaduro. Asimismo, varios componentes del kiwi que causan alergia se transforman durante la maduración, por lo que es recomendable que ofrezcas siempre piezas maduras.
Con respecto a la piel, aunque su textura pueda resultar desagradable para el bebé, es muy rica en vitamina E y vitamina C. Si es ecológico, puedes triturar la pieza —después de lavarla muy bien— entera con piel. Quita antes la zona dura del pedúnculo (parte que une al fruto con la rama).
También puedes ofrecer el kiwi con piel en su presentación siguiendo el método baby led weaning, tal y como vimos en el especial kiwi BLW.
Además del tradicional, de piel peluda y pulpa verde brillante, existe la variedad gold, que tiene la pulpa amarilla y el sabor más dulce y menos ácido. En algunos países podemos encontrar el kiwi rojo, similar al gold, pero de pulpa y semillas rojas. Por último está el kiwi baby, de pequeño tamaño y sin pelos, por lo que resulta más agradable a la hora de comerlo con piel.
Qué obtiene tu bebé cuando lo toma
El kiwi posee más vitamina C que los cítricos: uno solo satisface las necesidades diarias de esa vitamina, sustancia que contribuye a proteger a tu bebé de numerosas enfermedades. Asimismo, es un activador del sistema inmunitario, ayuda a la formación de colágeno y facilita la absorción del hierro.
Contiene gran cantidad de fibra soluble, de acción laxante, especialmente si se toma en ayunas; por lo que resulta especialmente eficaz en casos de estreñimiento en bebés y niños pequeños.
Por cada 100 gramos, tu bebé obtiene:
- 44,5 kcal
- Calcio: 29,3 mg
- Fibra: 1,8 g
- Fósforo: 27,8 mg
- Hidratos de carbono: 7,8 g
- Magnesio: 12,8 mg
- Agua: 74,8 g
- Carotenos: 32 µg
- Potasio: 248 mg
- Vitamina C: 37,1 mg
Receta de puré de kiwi para bebé
Ingredientes:
- 1 plátano maduro
- 1 kiwi maduro
- 125 ml de leche materna, de fórmula o de continuación (opcional). También puedes emplear agua o zumo natural.
Elaboración:
- Tritura las frutas hasta obtener una papilla homogénea. Opcionalmente puedes añadir leche materna o leche de fórmula para adaptar la consistencia y/o hacer de este puré una opción con más nutrientes.
