La leche materna es una fuente esencial de nutrición para los bebés y proporciona numerosos beneficios para su salud y bienestar. Para garantizar la calidad y seguridad de la leche materna que ofreces a tu bebé, es fundamental seguir las pautas adecuadas de almacenamiento y manipulación.
Aquí te presentamos una guía completa con las mejores prácticas para conservar y utilizar la leche materna de manera segura.
Extracción y almacenamiento de la leche materna
Técnicas de extracción
Antes de comenzar a extraer la leche materna, lava tus manos con agua y jabón durante al menos 20 segundos y sécalas con una toalla limpia. Si utilizas un sacaleches, asegúrate de que esté limpio y esterilizado antes de cada uso, siguiendo las instrucciones del fabricante.
Recipientes de almacenamiento
Utiliza recipientes específicos para leche materna, como bolsas de almacenamiento desechables o frascos de vidrio o plástico con tapa hermética. Asegúrate de que estén limpios y secos antes de verter la leche. Anota la fecha de extracción en el recipiente para llevar un control del tiempo de almacenamiento.
Conservación de la leche materna
Tiempo y temperatura de almacenamiento
Las condiciones de almacenamiento son cruciales para mantener la calidad de la leche materna. Las siguientes pautas te ayudarán a conservarla adecuadamente:
- A temperatura ambiente (hasta 25°C): la leche materna se puede almacenar hasta 4 horas.
- En el frigorífico (0-4°C): la leche materna se puede almacenar hasta 4 días. Colócala en la parte trasera del frigorífico, donde la temperatura es más constante.
- En el congelador (-18°C o menos): la leche materna se puede almacenar hasta 6 meses.
Descongelación de la leche materna
Para descongelar la leche materna, pásala del congelador al frigorífico y déjala allí durante varias horas o toda la noche. También puedes poner el recipiente de leche materna congelada bajo un chorro de agua tibia o sumergirlo en un recipiente con agua tibia.
Nunca uses el microondas para descongelar la leche materna, ya que puede calentarla de manera desigual y dañar sus nutrientes.
Manipulación y uso de la leche materna
Preparación para la alimentación
Antes de alimentar a tu bebé con leche materna, agita suavemente el recipiente para mezclar la grasa que pueda haberse separado. Si necesitas calentar la leche materna, coloca el recipiente en un tazón con agua caliente durante unos minutos o utiliza un calentador de biberones.
No calientes la leche materna en el microondas o en una cacerola directamente al fuego, ya que esto puede destruir los nutrientes y crear puntos calientes que podrían quemar la boca del bebé.
Verificación de la temperatura
Antes de darle la leche materna a tu bebé, verifica la temperatura tocando una gota de leche en la parte interna de tu muñeca. La leche debe estar tibia, pero no caliente. Si está demasiado caliente, espera a que se enfríe antes de alimentar a tu bebé.
Uso de leche materna descongelada
Una vez descongelada, la leche materna debe usarse dentro de las 24 horas si se almacena en el frigorífico. No vuelvas a congelar la leche materna que ya ha sido descongelada. Si tu bebé no consume toda la leche materna descongelada en una sola toma, se puede guardar en el frigorífico y utilizar dentro de las próximas 1-2 horas.
Desechar leche materna sobrante
Si la leche materna ha sido calentada y no se consume en una hora, debe desecharse. No guardes la leche materna que tu bebé ya ha tomado, ya que las bacterias de su boca pueden contaminarla y multiplicarse rápidamente.
Consideraciones adicionales
- Limpieza del equipo: lava todos los recipientes, biberones y accesorios del sacaleches con agua caliente y jabón después de cada uso. Esteriliza el equipo periódicamente según las instrucciones del fabricante.
- Rotación de la leche almacenada: siempre utiliza primero la leche materna más antigua almacenada en el congelador o frigorífico para garantizar su frescura y calidad.
Siguiendo estas pautas de almacenamiento y manipulación de la leche materna, te asegurarás de que tu bebé reciba una nutrición segura y de alta calidad. Estas prácticas también te permitirán aprovechar al máximo los beneficios de la leche materna y facilitarán la lactancia materna en el día a día.
Preguntas frecuentes
¿Cuánto tiempo puedo almacenar la leche materna en el frigorífico?
La leche materna se puede almacenar en el frigorífico a una temperatura de 4°C (39°F) o más fría durante un máximo de 4 días. Asegúrate de guardarla en la parte trasera del frigorífico, donde las temperaturas son más constantes.
¿Cuánto tiempo dura la leche materna en el congelador?
La leche materna se puede almacenar en un congelador de puerta abierta o en un compartimento separado del frigorífico por hasta 6 meses. En un congelador independiente a -18°C (0°F) o menos, la leche materna puede durar hasta 12 meses.
¿Cuál es la mejor manera de descongelar la leche materna congelada?
Para descongelar la leche materna de manera segura, pásala del congelador al frigorífico y déjala descongelar lentamente durante la noche. Si necesitas descongelarla rápidamente, coloca el recipiente de leche materna en un tazón de agua tibia hasta que alcance la temperatura adecuada.
¿Cómo caliento la leche materna antes de dársela a mi bebé?
Calienta la leche materna sumergiendo el biberón o recipiente en un tazón de agua caliente hasta que alcance la temperatura deseada. No uses el microondas para calentar la leche materna, ya que esto puede causar puntos calientes y destruir nutrientes valiosos.
¿Puedo volver a congelar la leche materna descongelada?
No se recomienda volver a congelar la leche materna que ya ha sido descongelada. Si tu bebé no consume toda la leche materna descongelada en una sola toma, se puede guardar en el frigorífico y utilizar dentro de las próximas 1-2 horas.
¿Cómo sé si la leche materna almacenada sigue siendo segura para mi bebé?
La leche materna almacenada adecuadamente debe tener un olor fresco y dulce. Si huele rancio o agrio, es posible que se haya estropeado y no sea seguro alimentar a tu bebé con ella. Cuando estés en duda, es mejor desechar la leche materna en lugar de arriesgarte a darle a tu bebé leche en mal estado.
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