Los niños con mucho más propensos a experimentar mareos mientras viajan porque tienen algunas zonas del oído interno más sensibles. Distraerlos o elegir el asiento adecuado puede evitarlo.
Por qué se marean los niños mientras viajan
El mareo que se experimenta al ir en coche, barco o cualquier otro medio de transporte (cinetosis) se produce cuando el oído interno recibe un exceso de estímulos y no puede integrarlos. Esa zona del oído es la responsable de mantener el equilibrio.
Por ello, los movimientos de aceleración y desaceleración del coche o los vaivenes del barco o del avión, que provocan cambios constantes en la posición del cuerpo, pueden llegar a «saturarlo». Entonces se desencadena el mareo.
Normalmente, los primeros síntomas son malestar general, fatiga y somnolencia, para avanzar hacia molestias digestivas —como las náuseas y los vómitos— y neurológicas (como la sensación de estar en movimiento cuando sea abandonado el vehículo).
Cómo prevenir los mareos de los niños al viajar
Según el medio de transporte que se utilice, se pueden adoptar diversas medidas:
En el coche
- Mantén el vehículo aireado y libre de olores fuertes (ambientadores, comida, tabaco…).
- Evita que el niño mire por las ventanillas laterales y procura que lo haga por el parabrisas delantero. Mirando hacia el horizonte, tendrá la sensación de que el panorama es más estable.
- Impide que el niño fije la vista, ya sea leyendo en el interior de un vehículo o mirando un juego o un juguete durante largo rato. Los DVDs portátiles no son del todo convenientes, pero la distracción que proporcionan sí puede ser beneficiosa.
- Procura parar cada hora y media o dos horas para que el pequeño pueda salir del coche.
En el barco
- Aléjalo de la cubierta, para que no contemple el vaivén de las olas.
- Si se mantiene en el centro del barco notará mucho menos movimiento.
En el avión
- Reserva los asientos que se encuentran en las alas del avión, que son los más estables.
- Haz que beba agua a sorbos. Le ayudará a destapar los oídos y prevendrá el mareo.
Lo mejor es distraerles
Cuando los niños se lo pasan bien es más difícil que aparezca el mareo. Las siguientes ideas pueden ayudarte a conseguirlo:
- Prepara el viaje con el niño y haz una especie de diario de ruta. Explícale dónde pararéis y los lugares de interés que hay en el camino escogido. Puedes, incluso, inventar historias de algunos y contárselas.
- Lleva un dispositivo con música para poder cantar. Si se dispone de tiempo, incluso se puede grabar antes un CD o USB en casa, con la ayuda del pequeño y atendiendo a sus gustos.
- El típico juego del «veo, veo» es ideal para distraerle, siempre que dirija su atención a objetos que pueden verse a través del parabrisas delantero del coche.
- Puedes inventar cuentos y hacer que cada uno cuente una parte. El niño se concentrará en idear la suya, olvidándose del mareo.
- Ten la previsión de llevar un regalo sorpresa por si el resto de distracciones fallan.
Si el niño vomita…
Como primera medida, lo mejor es hacer una comida ligera antes de emprender cualquier viaje. Durante el mismo, dale alguna galleta u otro alimento rico en hidratos de carbono. Evita que tome golosinas, y también líquidos en exceso.
Si empieza a sentir náuseas, procura que haga respiraciones profundas y rápidas, para aliviar esa molesta sensación.
Si, a pesar de estas precauciones, acaba vomitando, límpiale la boca con un paño empapado en agua y dale a beber agua azucarada a pequeños sorbos. En este caso, es conveniente parar el coche en cuanto sea posible y airear bien el vehículo, limpiando al niño si se ha manchado.
Para eliminar el olor podéis echar arena higiénica (la que se utiliza para los gatos) en la zona manchada y, luego, sacudirla muy bien o usar el aspirador del coche.
Recuerda que, aunque tu hijo se quede dormido, puede despertar con ganas de vomitar.
Lo que nunca debes hacer
- Recostarle en el asiento mientras el vehículo está en marcha. Si estáis circulando, el niño debe ir protegido por el sistema de retención infantil adecuado a su peso y tamaño.
- Por su seguridad, tampoco hay que dejar que asome la cabeza por la ventanilla. Si necesita aire, es mejor conectar el aire acondicionado o aumentar su potencia, bajar un par de ventanillas o parar para que baje del vehículo.
- Si vomita en el coche, no le regañes. La reprimenda solo aumenta su nerviosismo y malestar, pudiendo repetirse el vómito por este motivo. Si se dramatiza la situación, el niño puede relacionar psicológicamente coche, malestar y vómito y, sin quererlo, convertir la situación en un hábito.
Cuándo acudir al pediatra
Cuando los mareos son muy frecuentes y llegan incluso a causar rechazo en el niño, de modo que se revela a la hora de subirse a un coche, debes consultar el trastorno con su pediatra. En este caso, el médico puede recomendar un fármaco para prevenir el malestar, ya sea en píldoras o chicles.
Los efectos de estos medicamentos suelen ser la somnolencia y la sequedad bucal, pero tiene que ser el facultativo quien valore la necesidad de administrarlo en cada caso concreto. Para que sean eficaces, deben administrarse entre una y media hora antes de emprender el viaje.