Los huevos suponen un importante aporte proteínico para tu bebé a partir de su sexto mes de vida, cuando comienzas a darle alimentación complementaria (AC), es decir, en el momento en que empieza a ingerir como complemento alimentos líquidos o sólidos diferentes a la leche materna o de fórmula. Uno de los mejores modos de iniciarlo en el consumo de este alimento es en forma de huevos revueltos.
Por qué es importante el huevo en la dieta de tu bebé
Tanto la yema como la clara del huevo poseen un alto valor nutricional al contar con ácidos grasos, aminoácidos y nutrientes esenciales como vitaminas y minerales.
Al introducir los huevos en la dieta de tu hijo le estás proporcionando una importante fuente de energía por su alto contenido en proteínas, lo que contribuye a un crecimiento saludable. Además, son muy ricos en vitaminas A, B, D y E, así como en minerales como el calcio, el yodo y el selenio.
No debes preocuparte por el contenido en grasa de la yema, ya que se trata de grasa monoinsaturada y es, por tanto, muy beneficiosa para el organismo.
Cómo y cuándo introducir el huevo en la dieta de tu bebé
A los 6 meses de edad es un buen momento para introducir el huevo en la dieta de tu pequeño, aunque siempre con ciertas precauciones. Una unidad al día, en forma de huevo revuelto, es más que suficiente.
Recuerda que los huevos fritos no son recomendables hasta, al menos, los 2 años de edad.
Nuestra receta de huevos revueltos para bebés
La mejor forma de preparar huevos revueltos para tu hijo es con aceite de oliva virgen y un pequeño añadido (opcional) de leche materna o de fórmula. Por supuesto, entre sus ingredientes no se encuentra la sal, que no debe formar parte de su dieta hasta, al menos, los 12 meses. Si tu bebé es mayor de 9 meses puedes hacerlos con mantequilla sin sal en lugar de con aceite; el sabor es realmente bueno.
A continuación te mostramos los ingredientes que necesitarás y el paso a paso de esta sencilla receta.
Ingredientes:
- 2 huevos.
- 1 cucharada o 15 ml de leche materna, de fórmula o de continuación (opcional). A partir de los 12 meses puedes usar leche entera de vaca.
- 1 cucharadita de aceite de oliva virgen extra o mantequilla.
Elaboración:
- Pon el aceite o mantequilla en una sartén a fuego medio y deja que se caliente.
- Mientras tanto, bate los huevos solos o incorporando una cucharada de leche. La leche aporta suavidad y hace que el sabor del huevo sea menos intenso, pero es totalmente opcional.
- Vierte los huevos batidos en la sartén caliente y comienza a removerlos de afuera hacia dentro con ayuda de una cuchara de madera o similar, mientras se van cuajando poco a poco.
- Una vez cuajado por completo, retira del fuego y deja templar antes de servir a tu bebé. Puedes servir con un poco de cebollino o especias al gusto por encima. Deja que tu bebé utilice sus manitas u ofrece un tenedor adaptado si ya está preparado.
Aunque la receta de huevos revueltos para bebés es realmente sencilla y podemos elaborarla con apenas dos o tres ingredientes, la calidad de los mismos supone una gran diferencia, sobre todo a nivel nutricional.
En la medida de lo posible, utiliza huevos camperos de gallinas sueltas alimentadas con grano entero. Es lo mejor que puedes ofrecerle a tu pequeño y, por si fuera poco, estarás aportando tu grano de arena en el tan necesario bienestar animal.
Ingredientes
- 2 - Huevos
- 1 cucharada (opcional) - Leche, leche materna o de fórmula
- 1 cucharadita de - AOVE o mantequilla
Pasos
- Pon el aceite o mantequilla en una sartén a fuego medio y deja que se caliente.
- Mientras tanto, bate los huevos solos o incorporando una cucharada de leche. La leche aporta suavidad y hace que el sabor del huevo sea menos intenso, pero es totalmente opcional.
- Vierte los huevos batidos en la sartén caliente y comienza a removerlos de afuera hacia dentro con ayuda de una cuchara de madera o similar, mientras se van cuajando poco a poco.
- Una vez cuajado por completo, retira del fuego y deja templar antes de servir a tu bebé. Puedes servir con un poco de cebollino o especias al gusto por encima. Deja que tu bebé utilice sus manitas u ofrece un tenedor adaptado si ya está preparado.