La infusión o té de jengibre se ha utilizado a lo largo de la historia, considerándose uno de los preparados de la medicina tradicional más valorados de la cultura oriental. Esta planta medicinal, cuyo rizoma se utiliza tanto por sus propiedades curativas como por su talento culinario, pertenece a la familia de las zingiberáceas junto con la cúrcuma y el cardamomo.
Hoy te mostramos cómo hacer una infusión de jengibre de manera que puedas aprovechar al máximo todos los beneficios que esta reconocida raíz aporta a tu salud.
Propiedades de la infusión o té de Jengibre
El también conocido como kion o quion es el tubérculo de una planta aromática, el cual, posee un característico e intenso sabor picante, además de importantes propiedades medicinales que ayudan a fortalecer el sistema cardíaco, digestivo y respiratorio. Entre los beneficios de la infusión de jengibre para el organismo destacan los siguientes:
- Alivia las nauseas, siendo un antiemético natural que resulta ideal en los primeros meses de embarazo.
- Calma el sistema digestivo y es altamente eficaz contra la gastritis, la diarrea y las flatulencias.
- Fortalece el sistema inmune.
- Sus propiedades antiinflamatorias convierten a la infusión de jengibre en un remedio poderoso para tratar enfermedades tales como la artrosis, la artritis y la fatiga crónica.
- Combate las infecciones y afecciones de la garganta, así como la tos, los catarros y la congestión nasal.
- Aumenta el calor corporal; hecho que convierte al té de jengibre en el aliado perfecto para combatir el frío en los meses de invierno.
- Adelgaza promoviendo la disminución de peso a través de la aceleración del metabolismo.
- Previene el cáncer de colon y las enfermedades del corazón.
- Mejora la circulación sanguínea.
- Elimina los procesos de migrañas.
- Es un afrodisíaco natural, de manera que aumenta notablemente la libido.
- Su contenido en cineol promueve la calma y el sueño disminuyendo los estados de insomnio, ansiedad y estrés.
- Mitiga los dolores asociados a la menstruación.
Cómo hacer infusión de jengibre
A la hora de hacer una infusión de jengibre, se recomienda utilizar el bulbo entero de la planta. Para aprovechar al máximo sus propiedades, es importante cortar el jengibre en rodajas finas de modo que todos sus nutrientes pasen más fácilmente al agua. La raíz deberá hervir a fuego lento durante unos 15 minutos, siendo recomendable tomar un máximo de 3 dosis diarias de infusión.
La cantidad adecuada de jengibre por cada 200 ml de agua es de 2 cm de bulbo fresco o una cucharada de jengibre en polvo por cada litro de bebida.
¿Qué parte se usa?
Para hacer infusión o té de jengibre, la parte de la planta que se utiliza son los llamados rizomas, parte que yace subterránea a modo de raíz y que puede tomarse cruda o cocida, indistintamente.
Ingredientes
- 200 ml de -
- un trozo de 2 cm de -
Pasos
- Si utilizas jengibre fresco toma un trozo de 2 cm y córtalo en rodajas finas, si utilizas jengibre en polvo precisarás de una cucharadita.
- Pon los 200 ml de agua a calentar, cuando comience a hervir reduce el fuego a casi el mínimo y añade el jengibre. En caso de ser jengibre fresco, cocínalo durante 15 minutos con el cazo tapado. Si utilizas jengibre en polvo tan solo precisarás de 8 minutos. Es preferible utilizar jengibre fresco.
- Transcurrido el tiempo de infusionado, traspasa tu infusión de jengibre a la taza ayudándote de un colador (necesitarás un colador de café si utilizaste jengibre en polvo).
- Puedes añadir un chorrito de limón, unas hojas de menta o hierbabuena, una cucharada de miel o el endulzante que más te guste.
Tiene un sabor exquisito y muchas propiedades curativas