Salsa Maltesa o Maltaise | La Holandesa Cítrica

En el brillante universo de las salsas madre, la salsa holandesa brilla con luz propia. Y si le añadimos un toque cítrico de naranja sanguina, obtenemos una joya gastronómica deslumbrante: la salsa Maltesa o Maltaise.

Este pariente sofisticado y vibrante de la salsa holandesa aporta una chispa refrescante a todo, desde espárragos a la plancha hasta un lujoso desayuno de huevos Benedictinos. En las próximas líneas, te guiaremos paso a paso en la creación de este encantador baile de sabores.

Ingredientes esenciales de la salsa Maltaise

Para sumergirnos en la aventura culinaria de la salsa Maltaise necesitaremos:

  • Yemas de huevo: 3 (unos 50 gramos)
  • Mantequilla clarificada: 150 ml
  • Naranjas (mejor su son sanguinas): 2
  • Sal: una pizca
  • Pimienta blanca: al gusto

Preparación de la salsa Maltesa: un baile de sabor y técnica

  1. Extraer el zumo y la ralladura: comienza por rallar la cáscara de una de las naranjas sanguinas, necesitaremos unas 2 cucharaditas de ralladura (aproximadamente 4 gramos). Luego, exprime las naranjas para obtener alrededor de 120 ml de zumo. Reserva ambos.
  2. Preparar la mantequilla clarificada: en una cacerola pequeña, derrite la mantequilla a fuego lento hasta que se separe en tres capas: espuma en la parte superior, mantequilla clara en el medio y sólidos de leche en el fondo. Retira la espuma con una cuchara y cuidadosamente vierte la mantequilla clarificada en un recipiente, dejando los sólidos de la leche en la cacerola.
  3. Empezar la emulsión: coloca las yemas de huevo en un recipiente resistente al calor y bátelas hasta que estén bien mezcladas. Agrega la ralladura de naranja y la mitad del zumo y continúa batiendo hasta integrar. Sitúa el recipiente sobre una olla con agua hirviendo a fuego lento (al baño María), asegurándote de que el agua no toque el fondo del recipiente. Bate continuamente hasta que la mezcla espese.
  4. Incorporar la mantequilla: una vez que la mezcla de yemas esté espesa y cremosa, empieza a incorporar la mantequilla clarificada en un hilo delgado, mientras sigues batiendo. Este es un paso crucial: la mantequilla debe añadirse lentamente para asegurar que la emulsión no se rompa.
  5. El toque final: cuando toda la mantequilla esté incorporada y la salsa esté suave y ligeramente espesa, añade el resto del zumo de naranja y remueve bien. Prueba y ajusta el sazón con sal y pimienta blanca al gusto.

En el centro del escenario: La Maltaise

Cómo preparar salsa maltesa
Cómo preparar salsa maltesa

Una vez que hayas logrado la textura y el sabor deseados de tu salsa Maltaise, es momento de darle el protagonismo que se merece. Esta salsa vibrante y cítrica puede transformar cualquier plato, añadiendo una dimensión de sabor que es a la vez familiar y sorprendentemente única.

Revive los espárragos a la plancha: Los espárragos a la plancha, cuando se rociados con esta deliciosa salsa, se convierten en una exquisitez culinaria. El sabor cítrico y cremoso de la Maltaise hace maravillas con la nota terrosa de los espárragos.

Eleva tu desayuno con huevos Benedictinos: Imagina tu huevo escalfado perfecto, su yema derretida sobre una tostada crujiente, con esa capa de salsa Maltaise por encima. Sí, es el desayuno de los campeones.

Trucos y consejos para la Maltesa perfecta

La salsa Maltaise, aunque es una joya culinaria, puede ser un poco caprichosa de hacer. Aquí te dejo algunos trucos y consejos para garantizar el éxito:

  • Mantequilla clarificada: asegúrate de retirar toda la espuma y los sólidos de la leche al clarificar la mantequilla. Estos pueden interferir con la suavidad de la salsa.
  • Añadir la mantequilla lentamente: este paso es esencial. Añade la mantequilla en un hilo constante y delgado mientras bates sin parar. Esto garantiza que la emulsión se forme correctamente.
  • Controla el calor: mantén el agua del baño María a fuego lento. Un calor demasiado fuerte puede hacer que las yemas de huevo se cocinen demasiado rápido, rompiendo la emulsión.
  • Usa naranjas sanguinas frescas: las naranjas sanguinas tienen un sabor particularmente dulce y vibrante que no puede ser replicado con naranjas regulares o zumo embotellado.

Crear tu propia salsa Maltaise casera puede parecer un desafío, pero el resultado vale la pena. Este delicioso baile de sabores cítricos y cremosos no sólo elevará tus platos a nuevas alturas culinarias, sino que también te dará una nueva apreciación por la magia de la cocina.

Ahora que tienes esta receta en tu repertorio, tienes la llave para desbloquear una nueva dimensión de sabor. Así que adelante, experimenta, prueba y, sobre todo, disfruta.

Imágenes | Depositphotos

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