A quién no le apetece una buena sopa para calentarse cuando hace frío. Más aún si no engorda, alimenta y te sacia. Aunque no siempre se ha reconocido el valor gastronómico y nutricional de las sopas y caldos, pueden ser una perfecta entrada ligera o un completo plato único que admite multitud de ricas preparaciones.
Hoy en BABYCOCINA te sorprendemos con varias recetas de caldos y sopas diuréticas y muy ligeras que resultan excelentes para combatir la retención de líquidos. Toma nota y aprovéchalas para equilibrar los excesos de estas fechas.
Caldos que cuidan
Los caldos resultan una de las mejores ayudas para seguir una dieta. El secreto está en saber elegir los ingredientes y reducir al máximo el nivel de grasa.
- Son fáciles de digerir y, si le quitas bien la grasa, tienen pocas calorías.
- Aportan un alto contenido en vitaminas y minerales gracias a sus ingredientes.
- Sacian y son diuréticos. Para conseguir este último efecto, el caldo debe ser alto en potasio y bajo en sodio, por lo que no hay que añadirle sal ni hueso de jamón. Un caldo vegetal, por tanto, siempre es diurético porque todos los vegetales aportan potasio, el cual pasa al agua cuando se hierve.
Las opciones más diuréticas
Para que una sopa resulte depurativa, el secreto está en añadirle hierbas aromáticas porque todas tienen este efecto. Por ejemplo, el tomillo, la cola de caballo o la alcachofa.
Si lo que quieres es depurar el hígado, porque te has excedido comiendo o bebiendo, prepara una sopa baja en grasa. Las mejores, las de pescado. En cambio, si lo qué pretendes es mantener a raya el ácido úrico no añadas carne porque aunque este tipo de sopa resulta muy tonificante, las purinas (el ácido úrico de la carne) quedan en el agua y por tanto, en la sopa.
Para que resulte baja en calorías no le añadas pan, nata, mantequilla, ni abuses de ingredientes como las patatas, legumbres, pastas y arroz. La mejor opción son las sopas de carnes o pescados desgrasados con verduras y hortalizas que puedes acompañar con una ensalada.
Recetas de sopas diuréticas
Consomé
Las proteínas solubles, vitaminas del grupo B y ácido úrico de la carne van a pasar al caldo, por lo que no debes abusar de este consomé si tienes altos los niveles de ácido úrico. Por otra parte, es un plato muy nutritivo pero como en el consomé lo que se toma es solo el caldo, tendrás que tomar un segundo ligero, por ejemplo, un pescado a la plancha acompañado de una ensalada.
Ingredientes:
- 1 litro de caldo de ternera
- 500 gramos de carne de vacuno picada
- 3 zanahorias
- 2 puerros
- 50 gramos de apio
- 500 gramos de tomate
- 2 cebollas en rodajas
- 3 claras de huevo
- Sal
Elaboración:
- Pica la zanahoria el puerro el apio y el tomate finamente, mezclándolo todo con la carne picada y las claras. Tú estarás rodajas de cebolla para que den color al consomé.
- Añádelo todo al caldo y llévalo al fuego en una olla. Remueve de vez en cuando hasta que hierva.
- Una vez hierva, baja el fuego al mínimo, échale un poco de agua fría una o dos veces y déjalo cocer durante 30 o 35 minutos.
- Pasado este tiempo, retíralo del fuego, déjalo reposar y cuélalo por una servilleta o tela limpia para desgrasar lo totalmente. Puedes añadir alguna especia como clavo, tomillo o laurel, por ejemplo.
Sopa Juliana
La sopa juliana es muy ligera y aporta una buena dosis de fibra y minerales porque nos comemos los vegetales (el repollo, el nabo, el puerro…). También obtenemos la vitamina A de la zanahoria, que no se pierde en la cocción. Este tipo de sopa es también diurética por el apio que contiene (un ingrediente rico en potasio y con algo de sodio). Este efecto se potencia aún más si añades poca sal al caldo. Al ser una sopa baja en calorías y que no aporta proteínas, toma un segundo plato ligero como un pescado o carne magra a la plancha.
Ingredientes:
- 1 litro de caldo
- 150 g de repollo
- 125 g de zanahoria
- 125 gramos de nabos
- 150 g de puerros
- 100 g de apio
- Sal
- 1 chorrito de aceite de oliva
Elaboración:
- Limpia, pela y lava las hortalizas. Córtalas en juliana.
- Ponlas a rehogar con el aceite de oliva y tápalas para que suden las hortalizas. Ve removiendo de vez en cuando.
- Agregale el caldo, sazona y deja hervir unos 10 minutos. Sirve la sopa bien caliente.
Sopa de cebolla
Esta es una sopa diurética, debido a la cebolla que contiene. Por otra parte, el pan y el queso aportan proteína y calcio, además de hidratos de carbono, por lo que suben las calorías. Procura, por tanto, poner en tu ración muy poco queso y a lo sumo una loncha de pan.
Ingredientes:
- Un chorrito pequeño de aceite de oliva
- 12 boyas
- 1 litro de caldo
- 4 lonchas de pan muy finas y secas
- 50 gramos de queso rallado sal
Elaboración:
- Corta la cebolla en juliana (tiras muy finas y largas tira paréntesis y ponla rehogar con el aceite. Tapa la olla para que el vapor revierta sobre la cebolla, sude y no tome color.
- Una vez esté bien blanda y sin que haya tomado color, añade el caldo. Dale a todo un hervor y sazona (no te excedas con las sal).
- Para servir la coma repártela en cazuelitas de barro, cuencos o tazas individuales coloca las lonchas de pan en la superficie y espolvorea con el queso rallado (también puedes utilizar perejil picado). Ponlo enseguida a gratinar antes de que se sumerjan el pan y el queso. Sirve a continuación.
Pequeña marmita
Prepárala con tiempo y métela en la nevera para desgrasarla.
Ingredientes:
- 200 g de morcillo de vaca
- 100 gramos de carne de gallina
- 250g de hueso de ternera
- 2 zanahorias
- 1 nabo
- 1 puerro
- 100 g de repollo
- 50 g de apio
- 1 l de agua o caldo una cebolla
- 2 clavos
- Sal
- 25 gramos de pan
- 15 gramos de queso rallado
Elaboración:
- Cuece los huesos de ternera, el morcillo y la gallina. Espuma y baja el fuego manteniendo una cocción lenta. Una vez hayas cocido la gallina y el morcillo, retíralos de la olla y cuela el caldo.
- Ponlo a hervir con la cebolla, el clavo y las hortalizas peladas, limpias y cortadas en bastones. Déjalo cocer y retira la cebolla. Sirve con la carne de morcillo y la gallina en bastones.
Caldo vegetal con limón
Para terminar te proponemos un caldo diurético muy saludable que puedes beber a lo largo del día: hierve en un litro de agua sin sal unos 300 g de vegetales durante 20 minutos. Puedes escoger y mezclar cebolla, lechuga, apio, puerros, perejil, nabos, acelgas… Añade a cada taza el zumo de medio limón y consúmelo frío o caliente, según prefieras.
Para desgrasar las sopas y caldos fácilmente, mételos en el congelador —o mejor en la nevera— durante unas horas punto a temperatura baja, las grasas se solidifican en su mayor parte. Pasado un tiempo, retira con una cuchara la grasa solidificada en la superficie punto a continuación y ya puedes calentarlo.
Sustituye la nata y la mantequilla por ingredientes como el yogur, la leche desnatada o el queso ligero bajo en calorías.
Si un caldo te ha quedado muy salado, antes de terminar la cocción se puede añadir una rodaja de patata y luego retirarla. En dos o tres minutos el tubérculo absorberá la sal sobrante.
Cuando quieras conservar el mayor sabor posible en los ingredientes sin que pasen al caldo, mételos directamente en agua caliente.
Si te preparas, por ejemplo, una sopa —no un caldo— consistente (de marisco y/o pescado, de carne con legumbres, pasta o arroz), no tomes un segundo plato. Una buena opción si piensas que vas a quedarte con hambre es acompañar estas sopas diuréticas con una ensalada variada de hortalizas y vegetales frescos.